La agricultura es una de las prácticas más importantes para la vida diaria de millones de personas, ni qué decir para los que directamente trabajan en el sector, bien sea de forma autónoma o con sus empresas. Dentro de la agricultura, como sector, uno de los procesos esenciales es el riego de los cultivos, por eso, elegir el sistema de riego ideal es crucial.
La calidad del suelo, los nutrientes presentes en el mismo, la luz solar, pero por encima de todas las cosas, la cantidad y la forma de acceso al agua, son algunos de los aspectos imprescindibles para un proyecto de cultivo.
Gracias a empresas como Plantawa, una tienda productos agrícolas, especializada entre otras cosas en sistemas de riego con las mejores marcas del mercado, escoger entre diversos sistemas es cada vez más ventajoso, fácil y rentable, porque las posibilidades de elección son mayores, pero además, porque los costes cada día hacen más accesibles todos los métodos, siempre de acuerdo con la necesidad de cada proyecto.
La necesidad depende del proyecto agrícola
Es algo que merece ser conocido desde el principio, porque no todas las plantas o cultivos tienen las mismas necesidades hídricas, y si las tuvieran, estas a su vez dependerían de las particularidades del terreno, de sus nutrientes y del clima o la temperatura. Dependiendo de todos esos factores, se deberá escoger un sistema de riego.
Pero, por supuesto, cualquier sistema de riego para las plantas siempre será mejor que no tener ninguno, por lo que la economía y la disponibilidad también serán aspectos importantes al momento de elegir.
Tipos de riego más populares en la actualidad
Riego por gravedad
Es la forma de riego más antigua y más conocida por los agricultores que trabajan de manera independiente, por supuesto, es la forma más interesante para cultivos de pequeñas extensiones.
Consiste en tener unidades de almacenamiento con grandes volúmenes de agua en zonas elevadas del terreno, y por gravedad, conectar a través de mangueras, tuberías o acequias, a todos los sectores donde se tengan que regar los cultivos.
Desde luego, su principal ventaja es el abaratamiento de costes. Además, su instalación es tan sencilla, que un agricultor trabajando en solitario podría hacerse cargo absolutamente de todo.
Las principales desventajas tienen que ver con un uso poco eficiente del agua, en que suelen aparecer muchas malezas en terrenos con este sistema de riego, y claro está, no es viable para grandes superficies de cultivo.
Riegos por aspersión
Durante muchos años fue el sistema predilecto, por su relación calidad-precio más que nada. Además, es uno de los mejores sistemas para cubrir grandes extensiones de terreno, ya que pueden configurarse con presión o alcance, de una manera muy sencilla.
Este sistema, que puede ser móvil, fijo o autopropulsado, utiliza bombas y aspersores para dispersar el agua con una gran presión, pudiendo alcanzar grandes superficies con relativa facilidad. También es uno de los sistemas más fáciles de instalar en terrenos con muchos desniveles.
Al igual que en el caso del riego por gravedad, la aparición de maleza es su desventaja más reconocible. A diferencia del anterior, por ejemplo, permite cierto control de caudal y presión, por lo que se puede ahorrar una gran cantidad de agua.
Sistema de riego por goteo
En términos de agricultura, se podría decir que los sistemas de riego por goteo representan la gama alta de este sector. Está compuesto por bombas de agua y sistemas de tuberías con perforaciones diminutas que van regando, gota a gota, todo el terreno de cultivo.
El consumo de agua para garantizar un mismo nivel de riego es de hasta un 70% con respecto al riego por gravedad y hasta más del 40% con respecto a la aspersión. La vida útil de estos sistemas está entre las más prolongadas, por lo que es una inversión que seguramente funcionará para otros tantos proyectos de cultivo. Su alto coste y la necesidad de una instalación especializada, son sus puntos negativos.