Las alfombras con fibras naturales son el elemento decorativo perfecto para aportar el toque natural que necesitas en una estancia en la que buscas transmitir confort y bienestar, gracias a su agradable tacto o aspecto.
Son perfectas aislantes, tanto térmicas como acústicas y quedan muy bien en cualquier lugar y con cualquier tipo de decoración gracias a su diseño y su versatilidad.
Las fibras naturales que comentamos pueden ser las que provienen del coco, sisal o yute, o también lana, por ejemplo. Pero si hay algo que tienen en común todas las alfombras de fibras naturales es su alta resistencia.
Es una de sus mayores ventajas, con lo que, llevando un adecuado mantenimiento, pueden durar muchísimo tiempo en perfectas condiciones.
Además, depende de la fibra, son hipoalergénicas, ya que la limpieza del polvo se hace muy rápidamente y su mantenimiento es muy sencillo.
Si tu apuesta es por lo natural, ahora solo te queda elegir el material que va a tener su futura alfombra.
LANA
Muchos son los motivos por los que se podría elegir una alfombra de lana. El primero y principal es que tienen la propiedad de conservar la temperatura, tanto en invierno como en verano, consiguiendo así aportar una sensación de bienestar única en la estancia en la que se decida colocarlas.
Es por esta propiedad de conservación de la temperatura que contribuyen a ahorrar dinero en la factura de la luz ya que no se desperdicia tanta energía de calefacción y de aire acondicionado.
Además también aíslan del ruido y son ignífugas.
Al tratarse de fibras naturales, las alfombras de lana conservan bien su color durante mucho tiempo y son muy flexibles, tienen la propiedad de la resiliencia, con lo que pueden volver a recuperar su forma tras haber estado soportando el peso de un mueble durante mucho tiempo (al contrario que las fibras sintéticas).
Las alfombras de lana son muy fáciles de mantener. Bastará con pasar una o dos veces la aspiradora por semana para dejarlas como nuevas. Es cierto que al principio sueltan un poco de pelusa. Esto es debido a que las hebras de lana superficiales no están anudadas a la base de la alfombra y por eso se sueltan con el uso.
Normalmente, durante las primeras semanas, suelen dejar esta pelusa, pero cuando pase este tiempo la alfombra seguirá como nueva y ya no soltará pelusa nunca más.
SISAL
El sisal es la fibra vegetal procedente de la pita (o ágave) que más se emplea en la confección de alfombras y moquetas. Es muy resistente al uso con lo que resulta ideal para alfombras que se encuentran en zonas muy transitadas, como hall y pasillos, aunque por la sensación de confort que desprenden, también es habitual verlas en salones y dormitorios.
A pesar de tratarse de una fibra dura, estas alfombras de fibras vegetales consiguen tener un buen tacto con el uso. Al principio es normal que tengan algún pelito de punta y por eso nos recuerda que tiene el tacto un poco más áspero que incluso puede llegar a pinchar. Pero con el uso, estas fibras van desapareciendo y suele quedar un tejido plano y con un tacto más agradable.
Sus tonos claros y tostados encajan muy bien con la mayoría de decoraciones, como las de estilo colonial o en ambientes más modernos. Además también se fabrican en tonos más apagados o, incluso, grisáceos, con lo que se logra combinar este tipo de alfombras con otros estilos de decoración como nórdicos, industriales o minimalistas.
Este tejido se puede acabar con multitud de remates, como por ejemplo, festón, cenefas de tela, cenefas de piel o grecas clásicas.
COCO
Las alfombras de coco se tejen a partir de las hebras de la cáscara del coco. Estas hebras se unen unas con otras para conformar el hilo de coco con el que después se tejerán las alfombras.
Estéticamente, la alfombra de coco tiene una apariencia más rústica, como su hilo es más grueso que el del sisal, las alfombras tienen un aspecto trenzado que recuerda a las alfombras artesanas que se tejían con esparto.
De hecho, la fibra es tan dura que es muy difícil trabajarla y por eso cada vez hay menos fabricantes de alfombra de coco. ¡Una lástima!
Estas alfombras suelen utilizarse en los ambientes más rústicos o campestres, como casas de campo, viviendas en zonas de montaña, paradores, hoteles o casas rurales.
Además, debido a su grosor, no hay problema en colocarlas sobre pavimentos que no son muy uniformes, tipo baldosas de barro, ya que pueden absorber las irregularidades del suelo, con lo que apenas las notaremos tanto visualmente como al caminar por encima de ellas.
Las alfombras a medida confeccionadas con hilo de coco pueden utilizarse en lugares de elevado tránsito como pasillos y otros sitios de paso, hasta incluso en espacios públicos, puesto que son muy resistentes. Además, este tipo de alfombras se pueden rematar con distintos tipos de acabado, tales como cenefas, grecas o simplemente festoneadas.
Como todas las fibras naturales, el coco también es biodegradable, además es hipoalergénico y regula la humedad del ambiente.