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 ¿Qué tipos de poleas de seguridad hay y para qué sirven?

Las poleas de seguridad son artículos de gran importancia a la hora de realizar distintas actividades. La elección de una de ellas puede resultar una tarea compleja debido a la cantidad de tipos existentes y es importante optar por la que más se adapte a nuestras necesidades. Por ello, pasaremos a explicar cada una de ellas.

¿Qué es una polea de seguridad?

Para empezar, es importante aclarar en qué consiste esta herramienta. Una polea de seguridad es un instrumento cuya finalidad es ayudar a elevar tanto materiales como personas a una gran altura. Su uso suele estar destinado a realizar distintos trabajos en alturas como por ejemplo la rehabilitación de edificios y fachadas.

El uso de estas poleas además de ayudar a realizar diversas tareas, contribuye a la seguridad de las personas que la realizan. Al usarse en trabajos cuyo riesgo de accidente es muy alto, la elección de la polea es de vital importancia. Además, este tema está a la orden del día y lo podemos comprobar en algunas legislaciones recientes como el nuevo convenio colectivo sobre las labores del campo que dispone en su Capítulo XVIII Salud laboral y Seguridad social, diversos derechos relacionados con la prevención de riesgos en los trabajadores. 

Por ello es muy importante que a la hora de realizar la compra de una de ellas tengamos en cuenta qué tipo de polea necesitamos y se adapta a nuestras necesidades, y qué optemos finalmente por una opción de buena calidad como podrían ser las de la empresa Petzl

¿Qué tipos de poleas existen? 

Como hemos comentado anteriormente, para seleccionar la polea de seguridad adecuada es necesario que tengamos claro qué modelos de poleas existen y para qué se utilizan concretamente cada uno de ellos. 

Polea simple

Es una herramienta que utiliza la tracción para transmitir fuerza. En este tipo de herramientas se ejerce la fuerza hacia abajo para conseguir una fuerza que se dirija hacia arriba. Son mecanismos fijos y tienen una infinidad de aplicaciones prácticas.

Además de todos estos tipos, dependiendo del peso de la carga que se vaya a elevar y del grosor de la cuerda que utilicemos complementariamente debemos seleccionar un tamaño y material distinto. 

Polea compuesta

Usualmente se llaman polipastos, y consisten en mecanismos que utilizan dos o más poleas para su funcionamiento. En ellas se combinan las fijas y las móviles, y la carga siempre se une a la parte móvil. Su uso se destina a cargas más pesadas o alejadas de la fuerza.

Polea fija

En ellas el eje se sujeta a una superficie estable. Su uso habitual implica el cambio de dirección de la fuerza ejercida.

Polea móvil

Se complementa con la polea compuesta. Al contrario de la fija, esta polea no fija su eje a una superficie firme. Su gran ventaja es la reducción de esfuerzo a la hora de usarla.

Polea de desplazamiento

Dentro del mundo deportivo, también se utilizan poleas de desplazamiento que sirven para el deslizamiento de personas por tirolinas.

Polea bloqueadora 

Este tipo de polea dispone de una mecanismo que impide el movimiento de ésta para su uso como polea fija. Este tipo de poleas es comúnmente utilizada para maniobras de cuerda y elevar pesos de forma más precisa. 

Como hemos visto, existe una gran variedad de tipos de poleas y la selección de una u otra depende directamente de nuestras necesidades. Optar por la herramienta correcta nos facilitará su uso y nos proporcionará la seguridad necesaria.