Desde que los cigarrillos electrónicos, o e-cigarettes, llegaron al mercado a principios de la década de 2000, su popularidad y uso se han disparado, especialmente entre los adolescentes y adultos jóvenes. Una vez se pensó que era una forma «más segura» de fumar, pero muchos grupos de salud ahora consideran existen varios riesgos implicados. Para entender bien en qué consiste la polémica, veamos en qué se diferencia de los cigarros populares. También veremos qué ventajas podría tener el uso del cigarro eléctrico.
Qué son los cigarros electrónicos
Empecemos por explicar brevemente qué son los cigarros eléctricos. Esta modalidad de cigarrillos consiste en un dispositivo que funciona con baterías y se usa para un tipo de fumar llamado «vapeo». El proceso produce una niebla que se inhala profundamente en los pulmones, imitando la sensación de fumar cigarrillos regulares. Por eso, aunque no contienen tabaco, es un proceso relativamente similar, por lo menos en algunos aspectos.
Con esta idea en mente, al igual que los tradicionales, la mayoría de los cigarros electrónicos contienen nicotina. La cantidad exacta varía según la marca. Según se dice, algunos son libres de nicotina, mientras que otros contienen una cantidad mayor que los cigarros convencionales. También pueden tener sabores agregados, por lo que contienen una variedad de otros químicos.
Los detalles expuestos anteriormente hacen que haya opiniones divididas entre la sociedad y los profesionales de la medicina. Sus defensores dicen que no presenta ningún daño, o que en su defecto solo representan un peligro menor, mientras que sus detractores dicen que es sumamente dañino. Sin embargo, hay que reconocer que los cigarros electrónicos aún son relativamente nuevos, por lo que todavía no se conocen sus efectos a largo plazo. Este último punto es un hecho que ambas partes reconocen abiertamente, por lo que el debate aún continúa.
¿Existe alguna ventaja en usarlos?
Como dijimos anteriormente, el tiempo nos dirá qué tan perjudicial es consumir cigarros eléctricos. Sin embargo, ciertamente existe una ventaja lógica, derivada del hecho que algunas marcas no tienen nicotina. De hecho, el vapear puede tener algún beneficio para los fumadores que lo cambian como un sustituto completo del uso de otros productos derivados del tabaco. Es decir, en las circunstancias adecuadas puede reducir el nivel de nicotina que requiere el cuerpo.
Para entender este punto, debemos recordar que el problema principal del uso del tabaco es su alto nivel adictivo. De hecho, es incuestionable que ir puede ser suficientemente fuerte como para desarrollar un hábito, y este pronto se convierte en una adicción. En poco tiempo, el cuerpo necesita su dosis diaria de tabaco, o mejor dicho de nicotina, para funcionar adecuadamente. Sin embargo, el problema va más allá porque después aumentará la cantidad requerida.
Pues bien, en ese contexto pueden ser útiles los cigarros electrónicos, pues se puede controlar hasta cierto grado la cantidad de nicotina inhalada. Si al paso del tiempo se reduce la nicotina el cuerpo irá necesitando menos cantidades. Como resultado, un fumador podría reducir su consumo de tabaco y, con mucho esfuerzo, vencer el hábito. Cabe destacar que existen algunos productos electrónicos que no contienen nicotina, pero eso varía de acuerdo a la marca.
Claro está, para que se logre este resultado, es necesario que el fumador tenga mucha fuerza de voluntad y que se obligue a reducir los niveles de nicotina. De lo contrario, el efecto será el contrario. En cualquier caso, le toca a cada persona decidir cómo utilizará este producto. Sin embargo, por ningún motivo se debe inducir a los menores de edad a consumir cigarros tradicionales o eléctricos. Los daños podrían ser irreversibles, además que en muchos lugares está penado por la ley.
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