La seguridad de los juguetes ha sido un tema controvertido durante muchos años, pero ha cobrado relevancia recientemente. Esto es especialmente cierto en el caso de los juguetes de plástico importados de otros países en donde se escoge el uso de cierto material para economizar los costes. En ese contexto, algunos juguetes contienen ingredientes tóxicos como plomo, cadmio, cloro, arsénico, bromo, mercurio, cromo, estaño y antimonio. Por eso, en este artículo veremos cómo saber si un juguete es seguro

Esto es sumamente importante porque los niños son mucho más sensibles que los adultos a los efectos de los productos químicos nocivos. Aunque en cualquier caso esos productos son peligrosos, lo son mucho más en los juguetes para bebés, pues tienden a llevarse cosas a la boca. Por eso, es importante que los juguetes que le damos a nuestros hijos estén libres de toxinas.

Ahora bien, el plástico es la opción de material más popular para los juguetes convencionales. Sin embargo, la mayoría de los tipos de plástico contienen ingredientes nocivos, por lo que es una buena idea evitarlos tanto como sea posible. Por supuesto, algunos plásticos son más peligrosos que otros, especialmente aquellos que contienen PVC y ftalatos. Es imprescindible revisar la etiqueta para verificar que no contenga ninguno de estos elementos.

Por otro lado, los juguetes electrónicos conllevan algún tipo de riesgo, tanto para el medio ambiente como para la salud. De hecho, el término «electrónico» generalmente significa que el plástico está involucrado, por lo que tiene las mismas características de los juguetes convencionales. Adicionalmente, las piezas metálicas y conductores con los que se fabrican podrían causar algún tipo de quemaduras en los niños. También pueden contener metales tóxicos y retardantes de llama químicos. Además, las baterías usadas terminan en vertederos y su fabricación introduce una gran cantidad de contaminantes en el medio ambiente. Una vez que los componentes electrónicos de un juguete dejan de funcionar, ya no se puede usar, a diferencia de un juguete de madera o tela que puede durar indefinidamente.

Alternativas a los componentes dañinos.

Si no te sientes cómodo dándole juguetes de plástico a tu hijo, hay otras opciones disponibles, incluidos juguetes hechos de madera, tela y silicona. Cada uno de estos tiene características positivas, pero al igual que ocurre con otro tipo de materiales, algunos podrían no ser seguros.

La primera opción son los juguetes de madera, los cuales pueden ser una alternativa duradera y natural. Sin embargo, no todos los juguetes que están hechos con este material son iguales, por lo que algunos pueden no ser tan seguros. Los más convencionales están construidos con madera contrachapada o tableros de partículas que usan pegamentos y acabados tóxicos que pueden liberar COV y formaldehído. Este tipo de materiales son peligrosos para todos los niños, pero especialmente para los bebés. Por eso, la sugerencia es que busques juguetes construidos con madera sólida certificada y pintura o acabados no tóxicos. Puedes verificar la etiqueta para revisar los materiales que se usaron en su fabricación.

Adicionalmente, también están los juguetes de tela, que entre ellos varían significativamente. Habitualmente son artículos que no representan ningún peligro para la salud, pero en cualquier caso hay que tomar las precauciones debidas. De hecho, los más convencionales están hechos de materiales sintéticos derivados de productos petroquímicos con ingredientes que pueden causar alergias y trastornos en los sistemas inmunológico y reproductivo. A veces, para los diseños y logotipos usan tintes tóxicos y es común que les apliquen tratamientos resistentes a las manchas. De igual manera, los rellenos suelen ser de poliuretano. Por eso, cuando compres un juguete de este tipo, consulta detenidamente la etiqueta para saber de qué está hecho. Elige juguetes de tela hechos de un tejido natural, como algodón orgánico, lana, cuero, cáñamo o lino. Asegúrate de que el relleno también sea natural, como por ejemplo de algodón orgánico, lana o espuma de látex natural.

Por otro lado, la silicona es otra de las opciones más seguras que existen. Este material se usa comúnmente en los artículos para bebés, como mordedores, chupetes y tetinas para biberones. La razón principal es que es un material no tóxico, con características que le confieren flexibilidad. De hecho, los juguetes construidos con este material se consideran de los más seguros. Por supuesto, si la silicona es un material seguro incluso para los bebés, los juguetes fabricados o recubiertos con este material son adecuados para todas las edades. Sin embargo, es importante revisar el tipo de acabados que se le apliquen, pues estos materiales sí que podrían ser tóxicos.

Consideraciones adicionales.

Ahora bien, lo cierto es que muchos de los juguetes fabricados actualmente cuentan con certificaciones que nos permiten saber fácilmente si son seguros o no. En cualquier caso, lo más habitual es que si un artículo es considerablemente barato, lo más seguro es que utilice materiales de baja calidad y, muy probablemente, peligrosos. Por eso, lo mejor es revisar la calidad de los materiales utilizados y que el juguete en cuestión haya pasado las revisiones pertinentes que garanticen que se trata de un producto seguro.

Por último, para saber si determinado juguete es seguro puedes buscar en internet todos los datos necesarios. Algunos sitios web enumeran los resultados de las pruebas de sustancias químicas tóxicas para una cantidad considerable de juguetes y productos para niños. Además, si deseas información sobre los juguetes retirados del mercado, visita el sitio web de la Administración que los retiró. Algunos no contienen materiales tóxicos, pero quizá representan un peligro para cierto grupo de niños por las características del producto. Por ejemplo, este sería el caso si un juguete para niños contiene piezas en desprendibles pequeñas.

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